26 mayo 2013

Usos de la G y J

Por sus pronunciaciones similares en muchos casos, las letras G y J suelen generar confusión al momento de escribir. Sin embargo, existen distintas reglas ortográficas que, con sus correspondientes excepciones, nos permiten asegurarnos la correcta escritura.
El uso de la G y la JPor ejemplos, cuando palabra comienza con “gest”, “germ”, “geo”, “leg” o “in”, se escribe con G: gesticular, gesta, germinar, germen, geometría, geografía, legión, legendario, ingerencia, ingesta. Una excepción a esta regla es la palabra injerta.
La G también se utiliza cuando aparece el sonido “gen”. Ejemplos: gente, agente, margen, genital. Entre las excepciones, se encuentran avejentar y ajeno.
Si estamos ante un verbo y encontramos el sonido “ge” o “gi”, y su infinitivo concluye en “ger” o “gir”, debe utilizarse la letra G: proteger, proteger, dirigir, dirige, rugir, ruge. Excepciones: tejer, crujir.
Los compuestos y derivados de las palabras también se escriben con G: generalmente (general), desprotegió (proteger).
Cuando la palabra termina en “génico”, “genario”, “gésimo”, “geneo”, “giénico”, “ginal”, “gineo”, “genio”, “genito”, “gético”, “ginoso”, “gismo”, “gioso”, “gírico”, “ógica”, “ígena”, “ígeno”, “igero”, “gia”, “gio”, “gión”, “gionario”, “inge”, “gente” o “gencia”, la escritura correcta se realiza con G: transgénico, octogenario, vigésimo, homogéneo, higiénico, vaginal, congénito, silogismo, contagioso, indígena, logia, legión, finge, agencia. Una excepción a esta regla es espejismo.
Por último, por lo general, la G aparece después de la N o la R: ángel, fingir, argentino. Excepciones: monje, tarjeta, extranjero, canje.
¿Cuándo se utiliza la J?
En aquellos verbos que, en su modo indicativo, no llevan ni G ni J: conduje (conducir), dije (decir), traduje (traducir).
En las palabras que incluyen los sonidos “aje”, “eje”, “ije”, “oje” y “uje”: traje, hereje, desdije, ojear, estrujé. Las excepciones a esta regla son los verbos conjugados que, en su modo infinitivo, terminan en “ger” o “gir” (elegir, proteger) y las palabras en las cuales, luego de la combinación, presentan una L, una N o una S (flagelo, agente).
En las palabras terminadas en “aj”, “aje”, “eje”, “oj”, “jero”, “jera” y “jería”: traje, eje, rastrojero, pasajera, relojería.
Y, por último, en los casos en que es necesario reemplazar la G por cuestiones de sonidos (las formas verbales cuyos infinitivos terminan en “ger” y “gir” en la primera persona del singular del tiempo presente del modo indicativo, en la segunda persona del singular del modo imperativo y en todas las personas del tiempo presente del modo subjuntivo).


Uso de la B y la V

A la hora de redactar un texto, es frecuente que aparezcan dudas respecto a cuál es la forma correcta de escribir determinadas palabras. Uno de esos interrogantes se genera, por ejemplo, ante los términos que llevan alguna de las B/V. Por ese motivo, resulta de gran utilidad recordar algunas de las reglas que nos ayudarán a determinar en qué casos debemos emplear cada una de estas consonantes.

Las partículas “Bi”, “Bis” y “Biz” siempre se escriben con B, al igual que las palabras que terminen en “Ble” o en “Bilidad”. Bisabuelo, Bizarro, Terrible y Contabilidad son algunos ejemplos de los casos citados.

Por supuesto, la lista a tener en cuenta cada vez que dudemos acerca del uso de la B o la V no termina aquí. La B también se debe aplicar antes de una L o una R (Ensamble, Bronca) y después de la letra M (Hambre, Temblar); en palabras cuyos comienzos deriven del griego “Bibli” (Bibliotecario, Bibliografía); en términos que finalicen en“bundo” o “bunda” (Vagabundo, Moribunda); en todas las terminaciones del pretérito imperfecto de la primera conjugación del indicativo (Cantaban, Estudiabas, Hallaba) y al escribir palabras que empiecen con “Abs”, “Ob”, “Obs” y “Sub” (Absoluto, Obtuso, Observo, Subterráneo).
En el caso de los verbos de la primera conjugación cuyo infinitivo finaliza en “Bir”, tales como percibir y escribir, se utilizará la letra B, a excepción de los que terminen en “Vir”, como hervir, servir y vivir, entre otros.

¿Cuándo se debe emplear la V? Después de las sílabas "Lla", "Lle", "Llo", o "Llu"  y de una B, D o N (Llave, Llevar, Llover, Lluvia, Obvio, Adverbio y Enviar); cuando la palabra comienza en:  “Vivi”, “Viva”, “Vive”, “Vice”, “Villa”, “Eva”, “Eve”, “Evi”, “Evo”, “Equiv” o “Clav” (Viviente, Vivaz, Vivero, Vicepresidente, Villancico, Evacuar, Eventual, Evitar, Evocar, Equivocación, Clavar) y en casos donde el término finalice en “Viro”, “Vira”, “Ívoro” e “Ívora”, tales como herbívoro y omnívora.

Por supuesto, siempre hay excepciones a las reglas y, en estos casos puntuales, es necesario aclarar que palabras como víbora y biberón, entre otras, escapan a estas indicaciones. De todas formas, si uno recuerda estas pautas y las pone en práctica a la hora de escribir, es probable que emplear la B y/o la V, ya no represente un problema.


Mayúsculas

Las letras mayúsculas, esas que se diferencian del resto por tener un mayor tamaño, son aquellas que se utilizan al escribir nombres propios y al comenzar una oración. Este tipo de letras también debe aparecer después de un punto seguido y/o aparte, a continuación de los dos puntos cuando se citan palabras textuales, en la palabra que aparezca primero luego de un signo de cierre (ya sea de interrogación como de exclamación, excepto que esté separado por una coma), al mencionar títulos, cargos y jerarquías y al escribir tratamientos de cortesía, tales como Sr. y Sra., entre otros. En las cartas, se estila comenzar con mayúscula luego del saludo, por ejemplo:

Mayúsculas
“Estimado usuario:
Le recordamos que…
Por otra parte, es importante señalar que, en la numeración romana, se recurre a la mayúscula para representar algunos números. Así, por ejemplo, la V simboliza al cinco, la X al diez, la L al cincuenta, la C al cien, la D al quinientos y la M, al mil.

En el caso de los títulos de películas, libros, periódicos u obras de teatro, entre otras, se estila utilizar la mayúscula al comienzo de la primera palabra y en los nombres propios que pudiera haber en ellos. Si sólo son dos palabras, por lo general ambas se escriben con mayúscula. “La invención de Morel”, “Pedro Páramo”, “El Aleph”, “Hansel y Gretel”, “Blancanieves y los siete enanitos” son algunos títulos donde se puede apreciar el empleo correcto de las mayúsculas.

Curiosidades de las lenguas: a diferencia de lo que ocurre en el idioma español, en lenguas como el alemán la mayúscula se utiliza para escribir todos los sustantivos.


Acento ortográfico o tilde.



El acento ortográfico, también conocido como tilde, es un símbolo que, en el idioma castellano, se coloca sobre las vocales. Se trata de una pequeña línea oblicua, que baja de derecha a izquierda del que lee o escribe (áéíóú). El acento ortográfico se coloca, en los casos que corresponde según ciertas reglas, sobre la vocal de la sílaba tónica de las palabras.
En otros idiomas, el acento ortográfico se denomina acento agudo, para diferenciarlo de otros acentos como el grave (à) o
el circunflejo (â). Aunque en castellano este acento solo se utiliza para marcar algunas de las vocales tónicas, en otras lenguas tiene la función de señalar otras características fonológicas, como la apertura, la cantidad vocálica y el tono.
El acento ortográfico en el español obedece a ciertas reglas ortográficas normativas que buscan evitar ambigüedades y facilitar la lectura. Por ejemplo, permite distinguir entre “círculo” (un sustantivo), “circulo” (el verbo “circular” en presente) y “circuló” (el verbo “circular” en pasado).
De acuerdo al lugar que ocupa la sílaba tónica, puede hablarse de cuatro clases de palabras: las agudas u oxítonas (la sílaba tónica se ubica en el último lugar), las gravesllanas o paroxítonas (la sílaba tónica aparece en el penúltimo lugar), las esdrújulas (con la sílaba tónica en el antepenúltimo lugar) y las sobreesdrújulas (la sílaba tónica antes del antepenúltimo lugar).
Cada una de estas clases de palabras tiene sus propias reglas respecto a los acentos ortográficos.
Las palabras agudas llevan tilde si terminan en vocal, en N o en S (“ojalᔓcinturón”“burgués”). Hay excepciones a esta regla, como las palabras monosílabas (menos las que requieren de acento diacrítico) y las palabras agudas que terminan en N o en S pero están precedidas por otra consonante (“robots”).
Las palabras graves llevan tilde cuando no terminan en vocal, en N o en S (“árbol”“lápiz”“césped”). Como excepción, hay que destacar que las graves que terminan en cualquier consonante seguida de N o de S llevan tilde (“bíceps”“cómics”).
Por último, las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas siempre llevan tilde (“árboles”“teléfono”“página”). En el caso de los adverbios creados a partir de un adjetivo con el sufijo -mente, se acentúan cuando el adjetivo lleve la tilde por sí solo (“difícilmente”).