27 julio 2013

Combinaciones "sc", "xc" y "sc"


Uso de la X y combinaciones xc, cc y sc

Regla 1

Para representar el sonido “es” o “gs” antes de vocal o h, cuando las palabras empiezan por ex, exa, exi, exu. 

Exagerar
Exigir
Existir
Exudar 

Regla  2

Antes de las sílabas pla, pli, plo, pri, pro y antes de las letras c, p, t.

Explicar
Explorar
Excavar
Experto
Extorsión 

Regla  3

En las palabras con las prefijos extra o ex que significan fuera de 

Extralimitado
Extraterrestre
Extraordinario
Exánime
Exaudible
Excavar
 
Regla  4

En la partícula ex separada y antes de los nombres de dignidades, cargos o características para indicar que ya no se tienen.
Ex presidente
Ex canciller
Ex ministra 

Regla 5

Hay una cierta cantidad de palabras que se escriben con ‹sc›. No hay normas que reglamenten su uso, es conveniente conocerlas.
ascenso ascética  absceso  escéptico
consciente  condescendiente  descender fascículo
escena  efervescente fascinante miscelánea
discípulo imprescindible incandescente suscitar
obsceno oscilación susceptible omnisciente
trascendental víscera ascendente  

Regla 6

Se escriben con las palabras derivadas que provienen de alguna que en su escritura original contenía la combinación ‹ct›

Ejemplo:
actuar - acción
colector - colección
Excepción:
flectar - flexión / conectar - conexión
En castellano hay pocas palabras terminadas en -xión:  conexión, flexión, genuflexión, complexión, reflexión, anexión, crucifixión, inflexión.

Fuente: www.educarchile.cl/medios/1392005175254.rtf

Uso de la c, s y z

Reglas de la "c"

Se escribe con "c" las palabras que terminan en cia, cie, cio, ción, cción.
Ej.: Lucía, corrección, perfección, tercio, penalización.

Se escribe "c" en las combinaciones sc y xc.
Ej.: trescientos, piscina, excepto, excélsior, disciplina, excelente.

Se escribe con "s" las palabras con terminación oso, osa, ista.
Ej.: goloso, despista, babosa. 

Se escriben con s los diminutivos sita y sito
Ej.: mesita, pesito, masita.

Se escriben con z las palabras con terminación anza, eza, azo, zuelo, zuela.
Ej.: Carranza, rareza, tipazo, jovenzuelo, cazuela

Se escribe "z" al final de palabra cuando hace su plural en "-ces".
Ej.: Nuez (nueces), pez (peces), veloz (veloces).

Hay que recordar que toda regla tiene excepciones y que la lectura es la mejor herramienta para su comprensión.
En muchas zonas donde se utiliza el castellano, sobre todo en Andalucía, Canarias y América, se produce el seseo. Al pronunciar "z" y "c" como "s" pueden surgir dudas ortográficas. Esas dudas son más frecuentes cuando se trata de palabras que se distinguen sólo por dichas letras.

Palabras en las que la "c" y la "s" distinguen significados
bracero: jornalero, peón.
brasero: recipiente en el que se hace fuego para calentarse.
cebo: comida para animales; engaño para atraer.
sebo: grasa sólida de los animales.
cegar: dejar ciego; deslumbrar; tapar.
segar: cortar la hierba o las mieses.
cenador: espacio en los jardines, cercado y rodeado de plantas.
senador: persona que pertenece al senado.
cerrar: asegurar una puerta con la cerradura; tapar.
serrar: cortar con la sierra.
cesión: renuncia, traspaso, entrega.
sesión: reunión.
ciervo: animal rumiante.
siervo: servidor, esclavo.
cima: la parte más alta de una montaña.
sima: cavidad muy profunda en la tierra.
cocer: someter algo a la acción de cualquier líquido caliente.
coser: unir con hilo.
vocear: dar voces.
vosear: usar "vos" en lugar de "tú".

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Palabras en las que la "z" y la "s" distinguen significados
abrazar: dar abrazos.
abrasar: quemar.
azar: casualidad, suerte.
asar: cocinar un alimento al fuego.
bazar: tienda, establecimiento.
basar: asentar sobre una base.
caza: acción de cazar.
casa: vivienda, domicilio.
cazo: recipiente usado en la cocina.
caso: suceso, acontecimiento.
maza: herramienta para golpear.
masa: mezcla; conjunto, multitud.
pozo: hoyo en la tierra.
poso: sedimento que dejan los líquidos en los recipientes.
zumo: líquido que se saca de las frutas o plantas.
sumo: superior a todos, supremo; deporte de lucha.
taza: recipiente pequeño con asa para líquidos.
tasa: acción de poner precio a algo.
zeta: la última letra.
seta: planta del bosque sin clorofila.


"No te comas las comillas"



Las comillas son bohemias, como las 
comas, y a veces aterrizan donde les 
apetece, pero en realidad están 
sometidas a unas reglas que ustedes, 
que son muy libres, pueden ignorar si les 
da la gana. Ahora bien, si las ignoran 
corren el riesgo de convertir lo escrito en 
algo pesado o de difícil lectura.

comillas. 1. Signo ortográfico doble del cual se usan diferentes tipos en español: las comillas angulares, también llamadas latinas o españolas (« »), las inglesas (“ ”) y las simples (‘ ’). Las comillas inglesas y las simples se escriben en la parte alta del renglón, mientras que las angulares se escriben centradas. En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Antonio me dijo: “Vaya ‘cacharro’ que se ha comprado Julián”». Las comillas se escriben pegadas a la primera y la última palabra del período que enmarcan, y separadas por un espacio de las palabras o signos que las preceden o las siguen; pero si lo que sigue a las comillas de cierre es un signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.

2. Usos
a) Para enmarcar la reproducción de citas textuales. Si el texto que se reproduce consta de varios párrafos, antes era costumbre colocar comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):
Dice Rafael Lapesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:
«En el año 409 un conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España [...].
»Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio».
Hoy, lo normal es reproducir la cita con sangrado respecto del resto del texto y generalmente en un cuerpo menor. En ese caso, ya no son necesarias las comillas:
Dice Rafael Lapesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:
En el año 409 un conglomerado de pueblos germánicos vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España [...].
Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio.
Cuando se intercala un comentario del transcriptor de la cita, este debe enmarcarse entre rayas ( raya2.5), sin necesidad de cerrar las comillas para volverlas a abrir después del inciso: «Es imprescindible —señaló el ministro— que se refuercen los controles sanitarios en las fronteras».
También se encierran entre comillas las palabras textuales que se reproducen dentro de un enunciado en estilo indirecto: «Desde Medicus Mundi reconocieron ayer sentir “impotencia y congoja” por este asesinato y exigieron “un compromiso de las autoridades para el esclarecimiento de estos graves hechos”» (País@[Esp.] 12.6.00). La inclusión, a través de las comillas, de un texto literal dentro de un enunciado en estilo indirecto es aceptable siempre y cuando no se incumpla alguna de las condiciones impuestas por el estilo indirecto, como, por ejemplo, la correlación de tiempos verbales o los cambios en determinados pronombres o adverbios. No sería aceptable, por tanto, un enunciado como el siguiente: Mi madre nos recomendó que «no salgáis a la calle sin abrigo».
b) Para encerrar, en las obras literarias de carácter narrativo, los textos que reproducen de forma directa los pensamientos de los personajes: «“¡Hasta en latín sabía maldecir el pillastre!”, pensó el padre» (Clarín Regenta [Esp. 1884-85]). Cuando los pensamientos del personaje ocupan varios párrafos, se colocan comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):
«“¡Oh, a él, a don Álvaro Mesía le pasaba aquello! ¿Y el ridículo? ¡Qué diría Visita, [...] qué diría el mundo entero!
”Dirían que un cura le había derrotado. ¡Aquello pedía sangre! Sí, pero esta era otra”. Si don Álvaro se figuraba al Magistral vestido de levita, acudiendo a un duelo a que él le retaba... sentía escalofríos» (ClarínRegenta [Esp. 1884-85]).
c) Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, procede de otra lengua o se utiliza irónicamente o con un sentido especial: Dijo que la comida llevaba muchas «especies»; En el salón han puesto una «boiserie» que les ha costado un dineral; Parece que últimamente le va muy bien en sus «negocios». En textos impresos en letra redonda es más frecuente y recomendable reproducir los extranjerismos crudos en letra cursiva que escribirlos entrecomillados.
d) Cuando en un texto manuscrito se comenta un término desde el punto de vista lingüístico, este se escribe entrecomillado: La palabra «cándido» es esdrújula. En los textos impresos, en lugar de usar las comillas, se escribe el término en un tipo de letra diferente al de la frase en que va inserto (en cursiva si el texto normal va en redonda, o en redonda si el texto normal va en cursiva).
e) En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados: La voz apicultura está formada a partir de los términos latinos apis ‘abeja’ y cultura ‘cultivo, crianza’.
f) Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un reportaje o, en general, cualquier parte dependiente dentro de una publicación; los títulos de los libros, por el contrario, se escriben en cursiva cuando aparecen en textos impresos en letra redonda (o viceversa, en redonda si el texto normal va en cursiva): Ha publicado un interesante artículo titulado «El léxico de hoy» en el libro El lenguaje en los medios de comunicación, libro en el que han participado varios autores.

3. Combinación con otros signos
a) Los signos de puntuación correspondientes al período en el que va inserto el texto entre comillas se colocan siempre después de las comillas de cierre:
Sus palabras fueron: «No lo haré»; pero al final nos ayudó.
¿De verdad ha dicho «hasta nunca»?
b) El texto que va dentro de las comillas tiene una puntuación independiente y lleva sus propios signos ortográficos. Por eso, si el enunciado entre comillas es interrogativo o exclamativo, los signos de interrogación y exclamación se escriben dentro de las comillas:
Le preguntó al conserje: «¿Dónde están los baños, por favor?».
«¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones!», exclamó.
De esta regla debe excluirse el punto, que se escribirá detrás de las comillas de cierre cuando el texto entrecomillado ocupe la parte final de un enunciado o de un texto ( c).
c) Cuando lo que va entrecomillado constituye el final de un enunciado o de un texto, debe colocarse punto detrás de las comillas de cierre, incluso si delante de las comillas va un signo de cierre de interrogación o de exclamación, o puntos suspensivos:
«No está el horno para bollos». Con estas palabras zanjó la discusión y se marchó.
«¿Dónde te crees que vas?». Esa pregunta lo detuvo en seco.
«Si pudiera decirle lo que pienso realmente...». A Pedro no le resultaba fácil hablar con sinceridad.
En el caso de que deba colocarse una llamada de nota que afecte a todo el texto entrecomillado, esta debe colocarse entre las comillas de cierre y el punto:
Rafael Lapesa señalaba que «es muy discutido el posible influjo de las lenguas indígenas en la pronunciación del español de América»1.
1 Historia de la lengua española, p. 545.
Si la nota solo hace referencia a la última palabra del texto entrecomillado, la llamada debe colocarse delante de las comillas de cierre:
Rodolfo Lenz llegó a afirmar que el habla vulgar de Chile era «principalmente español con sonidos araucanos1».

1 El araucano o mapuche es la lengua que hablaban los naturales de la antigua región de Arauco, en la zona central de Chile.


Material consultado: Diccionario panhispánico de dudas ©2005



E

Algunas curiosidades de concluir

¿"Concluir" o "concluir en"?

El verbo “concluir” puede ser empleado para comunicar diferentes ideas. En su uso más frecuente, la Real Academia Española (RAE) designa el significado: “Acabar o finalizar algo”. Por ejemplo:

  • “El juez concluyó el partido”. 
En este caso no se presentan dificultades, sin embargo, es muy extendido el uso de ese verbo en alusión a“inferir, deducir una verdad de otras que se admiten, demuestran o presuponen” (significado también consignado por la RAE), por ejemplo:
  • “Juan concluyó en que no tenía oportunidades”.
     Justamente, en estos casos es imprescindible el uso de la preposición “en”.

    Es incorrecta la formulación:
  • * “Juan concluyó que no tenía oportunidades”.

    La omisión de la preposición implica un error sintáctico con consecuencias semánticas, ya que no estamos comunicando la misma idea cuando utilizamos únicamente el verbo que en los casos en que lo acompañamos de la preposición. Así, el significado de “concluir”, “terminar algo”, es diferente a “concluir en que”, “llegar a la conclusión de que”.

Observaciones sintácticas

Los ejemplos anteriores nos servirán para apreciar diferencias entre construcciones en que se utilizó únicamente el verbo y formulaciones en las que fue acompañado de una preposición.

En el primer ejemplo el verbo “concluir” es transitivo, ya que, sintácticamente, puede ser acompañado por un objeto directo adyacente, tal como se aprecia en el siguiente análisis:

  • El juez concluyó  el partido.
    sujeto    verbo     objeto directo (puede sustituirse por el pronombre “lo”)
En el segundo ejemplo el verbo no es transitivo, no acepta objeto directo, sino un adyacente preposicional en este caso encabezado por “en”.

  • Juan      concluyó    en que no tenía oportunidades
      sujeto    verbo       objeto  preposicional
                                 (este sintagma, a su vez se divide en
                                 preposición (en)  y término (no tenía oportunidades).           
En definitiva, los redactores debemos cuidar el correcto empleo de la preposición, a fin de evitar errores similares a los conocidos como “queísmo” o “dequeísmo”. No es lo mismo "concluir" (algo) que "concluir en" (una idea o reflexión).

http://redactarmejor.blogspot.com/2013/07/concluir-o-concluir-en.html

12 julio 2013

Para pensar ...

Gianni Rodari en su simpática "Gramática de la fantasía": 
«El encuentro decisivo entre los chicos y los libros se produce en los pupitres del colegio. Si se produce en una situación creativa, donde cuenta la vida y no el ejercicio, podrá surgir ese gusto por la lectura con el cual no se nace, porque no es un instinto. Si se produce en una situación burocrática, si al libro se lo maltrata como instrumento de ejercitaciones (copias, resúmenes, análisis gramatical, etc.), sofocado por el mecanismo tradicional "examen-juicio", podrá nacer la técnica de la lectura, pero no el gusto. Los chicos sabrán leer, pero leerán sólo si se les obliga. Y, fuera de la obligación, se refugiarán en las historietas —aun cuando sean capaces de lecturas más complejas y más ricas—, tal vez sólo porque las historietas se han salvado de la "contaminación" de la escuela».

10 julio 2013

La coma

La coma (,) es un signo de puntuación que, tal vez por diminuto, frecuentemente sufre el desaire del redactor. Este pequeño signo "en venganza" deja en evidencia a quien escribe en forma poco profesional.



A la hora de revisar textos originales para edición es muy sencillo percibir la idoneidad de quien escribió. Simplemente con ver oraciones como las siguientes sabremos que el texto requiere de una revisión profunda:

·                     El presidente del club, dijo que los jugadores debían ganar.
·                     La ministra, aseguró que comenzarán las clases.

En ambos ejemplos hay comas mal utilizadas, lo que demuestra falta de cuidado en la redacción o desconocimiento por parte de quien elaboró las oraciones.

La confusión repetida de que la coma se corresponde exactamente con las pausas en la oralidad fue el origen del equívoco en ambos casos. El código escrito no se corresponde exactamente con el oral, por lo tanto hay condiciones sintácticas que debemos cuidar y no siempre las comas indican pausas.

Es importante considerar las siguientes recomendaciones:
·                     La coma se ubica pegada a la palabra que la antecede;
·                     nunca debe ser ubicada entre sujeto y verbo;
·                     hay pausas en la entonación que no ameritan su uso;
·                     en ocasiones su uso es requerido para la correcta interpretación del texto.

Diferentes usos correctos de la coma

A) Inciso:
Las comas que presentan un inciso aclaratorio son dos: una se ubica antes y otra después de la aclaración.

Ejemplos: 
·                     El ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, informó en conferencia.(En este caso tenemos un nombre propio en aposición del cargo).
·                       La casa, que había sido pintada por sus habitantes, sería habitada.        (En este caso tenemos una oración subordinada en inciso)                                                                                                            
·                     Los perros, limpios, eran entregados a sus dueños en el parque. (En este caso tenemos un adjetivo explicativo en aposición. Véase que se refiere a algunos perros (los limpios) y no a todos, ya que en ese caso no tendríamos inciso.
·                     El debate, presentaciones incluidas, no generó interés en los jóvenes. (Aquí hay una expresión que agrega información pero sintácticamente es independiente).
En la mayoría de los casos, los incisos pueden ser ubicados en diferentes lugares de la oración. También pueden ser eliminados sin afectar la estructura sintáctica.

B) Uso en enumeraciones
La coma separa los elementos sintácticamente equivalentes (ya vimos que cuando presentan mayor complejidad el punto y coma los separa).

Ejemplo:
·                     Los niños usaron lápices de color azul, rojo, verde y amarillo.
Las comas se ubican entre los elementos de la enumeración hasta llegar al antepenúltimo; entre el último y el penúltimo se utiliza un nexo coordinante (y, o, ni)

También es común el uso de la coma entre oraciones yuxtapuestas:
·                     Los alumnos estudiaron, rindieron examen, aprobaron y salieron de vacaciones.

C) Separación de oraciones subordinadas dentro del enunciado
Las oraciones subordinadas con significado causal, temporal, de consecuencia y concesivo son separadas del resto mediante el uso de la coma, veamos ejemplos:
·                     El Consejo de Ministros fue suspendido, porque los informes no llegarán hasta mañana. 
·                     La manifestación culminó en la mañana, cuando llegaron los salarios.
·                     Las clases comienzan el 1 de marzo, por lo que la temporada turística termina en febrero.
·                     Mañana puede definirse el candidato, si la votación evidencia un consenso.

D) Para intercalar
 marcadores del discurso

E) Para intercalar vocativos

·                     Pásame el lápiz negro.
·                     Pásame el lápiz, negro. 

Evidentemente, estos mensajes no contienen el mismo significado. El vocativo "negro", en inciso en el segundo ejemplo, demuestra la importancia de la coma en la expresión escrita.

F) En enunciados que no son
 oración
En enunciados sin verbo (que para algunos autores no son una oración), la coma permite identificar el sujeto y el predicado semánticos.  Por lo tanto se puede interpretar de la misma manera:
·                     El embajador, en el homenaje.
·                     El embajador está en el homenaje

Si bien el uso de este signo depende de la voluntad del autor para expresarse, es importante considerar que contribuye con una lectura sin interrupciones y una comprensión apropiada. Inclusive puede llegar a cambiar el sentido de nuestra comunicación y hasta es capaz de ocasionar efectos cómicos.
 

Lecturas recomendadas:


Lepre, Carmen (2006) Gramática y ortografía básicas del Español, Ediciones Santillana: Montevideo 
Cassany, Daniel (1995)   La cocina de la escritura. Editorial Anagrama: Barcelona.
Grijelmo Álex,  (2006) La gramática descomplicada. Editorial Taurus: Madrid.
Dutto, María Cristina, Tanzi, Silvana. Manual de Escritura. Cuadernos de Comunicación Social Número 2. Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica Dámaso Antonio Larrañaga.

Variación lingüística

Se entiende por variación lingüística el uso de la lengua condicionado por factores de tipo geográfico, sociocultural, contextual o histórico. La forma como los hablantes emplean una lengua no es uniforme, sino que varía según sus circunstancias personales, el tiempo y el tipo de comunicación en que están implicados. En función del factor que determina el distinto empleo de una misma lengua, se consideran varios tipos de variaciones: la variación funcional o diafásica, la variación sociocultural o diastrática, la variación geográfica o diatópica y la variación histórica o diacrónica.

Con el nacimiento de la sociolingüística en los años 50 y 60 del siglo XX se destaca la importancia de la variación lingüística, si bien la dialectología o geografía lingüística ya había abordado en el siglo XIX el estudio de los dialectos o variedades diatópicas. En el caso del español, por ejemplo, son numerosos los trabajos que muestran la variedad dialectal dentro la unidad lingüística y cultural que caracteriza el español de ambos lados del Atlántico. También son tradicionales los trabajos filológicos sobre historia de la lengua que describen la variación que ha experimentado un idioma a lo largo de los siglos. Por su parte, los estudios en análisis del discurso destacan la proyección de la situación en la forma que adquiere un texto: su objeto de estudio es precisamente el uso lingüístico determinado por las variables contextuales.
De todos modos, los estudios que interrelacionan los distintos tipos de variedades se desarrollan en el marco de la sociolingüística. La investigación empírica en este campo ha dado lugar al denominado variacionismo o sociolingüística cuantitativa urbana (Labov), rama que estudia la variación lingüística asociada a factores sociales que se dan en un hablante o en una comunidad de hablantes. En el análisis variacionista se parte del concepto de variable lingüística como unidad de análisis. Una variable lingüística es una unidad de la lengua (fónica, léxica, gramatical, discursiva) en cuya realización difieren los hablantes según variables sociales del tipo edad, sexo, nivel sociocultural, lugar de origen o grado de instrucción. Por otro lado, en la moderna sociolingüística se produce un cierto cambio en la percepción y la explicación de la variación diatópica: de concebir la lengua como un sistema propio de una determinada área geográfica, del que se derivarían los usos de las otras áreas, se habría pasado a la conciencia de la variación diatópica, que implica concebir todos las realizaciones lingüísticas como dialectos o variedades geográficas de una misma lengua.
En cuanto a los tipos de variación, se distinguen, por un lado, las variaciones determinadas por las características personales de quien emplea la lengua y, por otro lado, las variaciones condicionadas por factores del contexto:
  1. La variación lingüística relacionada con el usuario tiene que ver con la interrelación entre variedad lingüística y características del hablante:
    1. según su origen geográfico, se distingue entre dialectos o variedades diatópicas
    2. según su formación cultural, se establecen distintos niveles de lengua o variedades diastráticas;
    3. según su edad o profesión, se distingue entre jergas o lenguas especiales.
  2. La variación lingüística determinada por el contexto de uso caracteriza los distintos registros de lengua, también llamados variedades funcionales o diafásicas.
Los estudios de sociolingüística han puesto de relieve la interpretación diversa que un mismo fenómeno lingüístico puede tener en distintas comunidades de habla: fenómenos que pueden considerarse variantes diastráticas en una determinada comunidad en otras se consideran variantes dialectales. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los fenómenos del dequeísmo y queísmo (adición o supresión de la preposición de ante la conjunción que); frente a las descripciones de corte normativo, que caracterizan estos fenómenos como propios de un nivel de lengua poco culto, desde una perspectiva sociolingüística son analizados como un capítulo importante de la variación sintáctica: junto al español peninsular estándar de hoy, se distinguen dialectos queístas y dequeístas (muchos de ellos del español de América). Por otro lado, el contacto de lenguas en las comunidades bilingües ha puesto de relieve la dificultad de determinar el factor que condiciona el uso de determinadas variedades lingüísticas. Se ha observado que determinados fenómenos no pueden ser analizados en función de los factores individuales de los usuarios (su lengua materna) sino que también vienen determinados por factores contextuales: por ejemplo, el uso en español del artículo determinado ante un nombre propio utilizado por un hablante catalán en ocasiones no puede atribuirse a su origen geográfico sino que se han de tener en cuenta también las condiciones pragmáticas de producción de su enunciado (canal, intención comunicativa).
En didáctica de las lenguas, el trabajo sobre la variación lingüística ha sido considerado desde siempre determinante para ser competente comunicativamente y se ha ido ampliando hasta la toma de conciencia de la gran variedad de géneros discursivos. En el caso del español, los materiales actuales incluyen también contenidos relacionados con los dialectos del español de América, y su contraste con el peninsular.

Otros términos relacionados

Bibliografía básica

  1. Blas Arroyo, J. L. (2005). Sociolingüística del español. Desarrollos y perspectivas en el estudio de la lengua en contexto social. Madrid: Cátedra.
  2. Martín Peris, E. (2001). «Textos, variedades lingüísticas y modelos de lengua en enseñanza del español como lengua extranjera». Carabela. 50, pp. 103-136.
  3. Moreno Fernández, F. (2000). Qué español enseñar. Madrid: Arco/Libros.

Bibliografía especializada

  1. Bernstein, B. (1964). «Elaborated and restricted codes: Their Social Origins and Some Consequences». En Gumperz, J. J. y Hymes, D.( eds.). The Ethnography of Communication. Special publication of the American Anthropologist, vol. 66, pp. 55-69.
  2. Labov, W. (1966). The Social Stratification of English in New York City, Washington: Center for Applied Linguistics.
  3. Moreno Fernández, F. et al. (coords.) (2003). Lengua, variación y contexto. Estudios dedicados a Humberto López Morales, Madrid: Arco/Libros.
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