28 mayo 2016

BERNÁRDEZ, Enrique. 1982. INTRODUCCIÓN A LA LINGÜÍSTICA DEL TEXTO. ED. ESPASA-CALPE. MADRID. (Pág. 77 a 85).

3.2 DEFINICIÓN DEL TEXTO 3.2.1. Definiciones tradicionales Decimos que «texto" es un concepto nuevo, pero, sin embargo, la palabra texto es muy antigua (aparece, según el diccionario etimológico de Corominas, en el siglo XIV en castellano), y figura en diccionarios en términos lingüísticos anteriores a la lingüística textual. Pero ese concepto de texto que allí encontramos se diferencia bastante del que hoy día se le da. Veremos a continuación, algunas definiciones de carácter tradicional. Lázaro Carreter, en su Diccionario de términos filológicos, define el texto, siguiendo a la glosemática, como: «... todo conjunto analizable de signos. Son textos, por tanto, un fragmento de una conversación, una conversación entera un verso; una novela, la lengua en su totalidad, etc.» (P. 39l). Para los autores de1 Diccionario de Lingüística (Dubois et al.. 1973: 600), texto es: 1. «... el conjunto de enunciados lingüísticos sometidos al análisis: el texto es, por tanto, una muestra de comportamiento lingüístico que puede ser escrito o hablado..." 2. L. Hjelmslev toma la palabra texto en su sentido más amplio y designa con ella un enunciado cualquiera, hablado o escrito, largo o breve, antiguo o moderno. «Stop» es un texto al igual que El Cantar del Mío Cid. Todo material lingüístico estudiado forma igualmente un texto... Constituye una clase analizable en géneros, a su vez divisibles en clases, y así sucesivamente hasta agotar las posibilidades de división. Por su parte, en su Slovar'-spravocnik lingvisticeskih terminov D. E. Rozental' y M. A. Telenkova definen el texto como: «producto del habla (enunciado) reproducido por escrito» (p. 483). Encontramos, por un lado, el significado más tradicional de «texto como cualquier producto del habla», también el de «texto como corpus» y, finalmente, el de «texto como producto escrito». Evidentemente, estas definiciones, no coincidentes plenamente unas con otras, no nos sirven como definición del objeto «texto» de que se ocupa la lingüística textual. No se puede limitar al texto carrito, porque el hablado también se considera «texto»; tampoco es «corpus", porque no es simplemente el lugar donde empezamos el estudio para obtener otras unidades lingüísticas que nos puedan interesar más, sino que es el texto mismo el centro de interés; realmente, tampoco es «cualquier producto del habla», porque esto no nos permitiría distinguir el texto de la palabra, la frase, el párrafo, etc. Es preciso, en consecuencia, buscar otras definiciones. 3-2.2. Definiciones de texto en la lingüística textual Si buscamos entre las definiciones de «texto» realizadas dentro de la misma lingüística textual, también encontraremos diferencias considerables que, naturalmente, reflejan las existentes entre las diversas tendencias de la disciplina. En Petöfi, ed. 1979, se presentan numerosos ensayos de definición del texto desde perspectivas muy distintas. Por otra parte casi la totalidad obras importantes de lingüística textual se detienen más o menos extensamente en la cuestión de cómo definir el término. Presentaremos a continuación, extraídas de entre más de cincuenta que hemos podido encontrar, varias definiciones que estructuramos cronológicamente. No es preciso recordar que no se trata de una lista exhaustiva. 1) Con «texto» puede designarse todo aquello que es lenguaje en forma comunicativa o social, es decir, referida al interlocutor (Schmidt, 1971: 39; citando a Hartmann). 2) Podríamos definir el texto como el mayor signo lingüístico (Dressler. 1973: 12). 3) «Texto» es un mensaje objetivado en forma de documento escrito, que consta de una serie de enunciados unidos mediante diferentes enlaces de tipo léxico, gramatical y lógico. Tiene carácter modal bien definido, orientación pragmática y una adecuada elaboración literaria (Gal'perin, 1974. 7). 4) El texto es un sistema de enunciados que se entienden como oraciones actualizadas. Es producto de la actividad lingüístico-espiritual del hombre, se nos aparece como una unidad especial de características semánticas y estructurales, y cumple funciones comunicativas en las relaciones humanas, en el terreno de lo material, la superestructura, y lo espiritual (Sakov, 1974: 13). 5) Entenderemos por texto... un complejo de signos lingüísticos que muestra al menos las características siguientes: sucesión de oraciones ordenada, integrada, finita, continua, construida de acuerdo con las reglas de la gramática, que el productor (o los varios productores) pretende que sea semánticamente cerrada, y que proporcionan el desarrollo lineal del desenvolvimiento de un tema a partir de su núcleo temático (Agricola, 1976: 13). 6) El texto es la forma primaria de organización en la que se manifiesta el lenguaje humano. Cuando se produce una comunicación entre seres humanos (hablada/escrita) es en forma de textos. Como la comunicación humana es siempre una acción social, el texto es al mismo tiempo la unidad por medio de la cual se realiza la actividad lingüística en tanto que actividad social-comunicativa. Un texto es, en consecuencia, una unidad comunicativa, o sea, una unidad en la que se organiza la comunicación lingüística (Isenberg, -1976: 54) 7) Entenderemos por texto un signo lingüístico, es decir, una ordenación de contenidos conceptuales como reflejos de hechos y fenómenos de la realidad, y sucesiones de sonidos o grafemas, realizada de acuerdo con un determinado plan de actividad (reglas de composición del texto o reglas de desarrollo de un tema) y realizada mediante las reglas del sistema de la lengua. Todo texto es, en consecuencia, la nominación de un determinado suceso, proceso, hecho, estado o situación de la realidad, representa una sucesión de enunciados que refleja los objetos y situaciones de la realidad y las relaciones realmente existentes, o potenciales, entre los mismos. Los textos son resultado de la actividad lingüística del ser humano. Pero como la actividad lingüística es una actividad productiva, creadora, con fines sociales..., todo texto cumple, conjuntamente con la función de nominación..., una determinada función comunicativa. Los aspectos nominativos y comunicativos están estrechamente relacionados en el texto y se reflejan de manera específica en la estructura textual (Vichweger, 1976: 197). 8) Desde el punto de vista de su origen, el texto es producto y obra de la actividad lingüística «activa» (así como de las actividades unidas a ella) del ser humano, desde el punto de vista de su funcionamiento el texto es objeto de la percepción e interpretación por el receptor. El texto posee propiedades características para todos los productos humanos con función social... (Hausenblas, 1977: 147-148). 9) (Concebimos) el texto como producto del acto del habla, como discurso en el que se produce un mensaje y se proyecta una práctica significante centrada en un aquí ahora configurado a su vez por un yo que le da origen; surgirá como vestigio material de la dinámica del conjunto de relaciones que se establecen y entrecruzan entre los diferentes polos del acto verbal (Fonseca/Fonseca 1977: 113). 10)... el texto es un conjunto verbal funcional completo, un «acto de haba"... el texto es el habla-estructurada y al mismo tiempo el conjunto comunicativo superior (Kozevniková, 1979: 28. 50). 11) El texto es una unidad lingüística específica que no puede considerarse sólo como un conjunto de proposiciones (A. A. Revzin, según Revzina/Srejder, 1979: 175). Estas once definiciones de texto muestran, a nuestro parecer, las diferentes tendencias que encontramos en los diversos practicantes de la disciplina (aunque falten en la presente lista autores tan destacados como Gindin, Petöfi, T.A. van Dijk, etc.), de forma que cualquier otra definición podría hacerse coincidir con una o varias de las presentadas. Por otro lado, no podemos olvidar la tendencia, manifiesta en época reciente, a considerar imposible, como señalamos al principio de este capítulo, una definición del texto a priori (en este sentido, se manifiestan los autores de Problemen der semantischen Analyse (1977: 369), G. Klimonow (1977: 184) y otros muchos) Si analizamos las definiciones presentadas, veremos que, salvo en el caso de Gal'perin, quien considera texto tan sólo el escrito de carácter literario, desaparecen las definiciones tradicionales del tipo de las que vimos en 3.2.1. Pero incluso Gal'perin trasciende la definición tradicional, señalando la existencia de elementos pragmáticos. El criterio más frecuente en las definiciones que hemos presentado es que el texto posee una función comunicativa y social de especial importancia (sobre todo en 1, 4, 6, 7), y que es producto de la actividad verbal (4, 6, 8, .9, l0); se indica asimismo, el carácter del texto, como signo lingüístico superior (2, 5, 7). Los diversos autores ponen de relieve, además, otras características como son su carácter de unidad lingüística, su "cierre" semántico/comunicativo, el hecho de estar formado por un conjunto de oraciones/proposiciones enlazadas, etc. Una diferencia importante está en que en algunas definiciones (3, 4, 5) se señala explícitamente que todo texto está formada por una sucesión de frases, mientras que en las restantes no se hace mención de ello, pues son otros aspectos los que interesan (recuérdese a este respecto la distinción entre tipos de lingüística del texto que hicimos en 1.3). 3.2.3. Texto como unidad comunicativa Si tomamos los criterios obtenidos de nuestras once definiciones, tendremos la base de las demás existentes hoy día, con matices diferentes. Estos criterios (que, según los autores, pueden aparecer separadamente o en combinación) son los siguientes: 1) texto como unidad comunicativa 2) texto como (producto de) actividad 3) texto como sucesión de oraciones 4) texto como signo lingüístico, 5) otros criterios (cierre semántico, existencia de relaciones internas, etc.). Por regla general, como ya vimos en el capítulo primero, son los tres primeros criterios los fundamentales hoy día. Siguiendo las líneas teóricas generales de que nos valemos en este libro, una definición correcta del texto deberá ser la que incluya el carácter comunicativo y de actividad del texto. Como señalamos en el capítulo 2, si consideramos el lenguaje primordialmente como medio de comunicación, la forma más adecuada de estudiarlo es por medio de la teoría de la actividad. De forma que los criterios 1) y 2) no son, en realidad, dos criterios diferentes, sino que se encuentran en estrecha interdependencia, pues aquí consideramos que la comunicación es una forma de actividad (social). No debe pensarse, sin embargo, que con los criterios indicados podemos llegar a una definición precisa de texto. Por ejemplo, podemos proponer una definición del tipo: «el texto es la unidad comunicativa del lenguaje que se manifiesta en forma de sucesión coherente de oraciones". Para que esta definición fuera válida, tendríamos que poder especificar el significado de términos como "unidad", «sucesión de oraciones», "coherente», etc., lo que de momento no parece del todo posible. Posiblemente, y pese a los años transcurridos, el planteamiento más completo de la cuestión de cómo definir un texto es el artículo de Sergej I. Gindin «La unidad ontológica del texto y los tipos de organización intratextual» (Gindin, 1971b). No podemos extendernos aquí en un análisis completo de este artículo, pero si debemos poner de relieve algunos puntos importantes. En primer lugar, Gindin señala que una definición del texto sólo es posible "con ayuda de categorías pragmáticas" (p225; citamos según la paginación de la edición alemana en Jelitte, ed. 1976). Gindin propone como punto de partida el hecho de que «texto es aquello que el hablante considera texto o que delimita con ayuda de signos especiales» (227). De aquí se concluye que es fundamental en el texto la intención comunicativa del hablante. Es decir, el texto es precisamente porque el hablante quiere que lo sea; de manera que desde este punto de vista, texto podrá ser una sola oración o una sucesión de oraciones, pues la base fundamental de su carácter textual se encuentra, no en su forma sintáctica superficial sino en la intención comunicativa del hablante. Por ello mismo señala Gindin que «es difícil decidir e cada caso concreto si un determinado "fragmento verbal" es texto, a menos que conozcamos las intenciones, del comunicante, las disposiciones del receptor y el marco correspondiente de la actividad verbal... (228). Así pues, «también el concepto de texto unitario y delimitado se refiere ontológicamente a la pragmática, y sólo puede caracterizarse mediante categorías pragmáticas" (229). Ideas muy similares aparecen también en la obra de Horst Isenberg (crf. la presentación de su modelo textual en 5.5). Y también se encuentran en la definición que ofrece Pier Marco Bertinetto (1979: 154): "un T (=texto) puede definirse como cualquier secuencia coherente de signos lingüísticos, producida en forma concreta por un hablante y dotada de una intencionalidad comunicativa específica y una determinada función cultural." Cesare Segre, por su parte (1979: 77-78), señala que la consideración del texto juntamente con "el contexto pragmático en el que se produjo" es esencial sobre todo al estudiar los textos hablados, "especialmente porque en este caso no puede haber duda, no sólo sobre la mezcla de códigos (verbal, gestual, etc.), sino también sobre la relación entre los objetos y situaciones reales y su representación verbal... en los textos escritos la presencia del contexto pragmático es más vaga..." Es decir, el texto debe estudiarse en función del contexto no verbal en que se realiza, según apuntaba Gindin; y en la definición del término habremos de tener en cuenta la existencia de ese factor. La observación de Segre sobre la mayor o menor importancia del contexto no verbal en los distintos tipos de texto no nos interesa aquí. Baste con indicar que pese a lo que señala el estudioso italiano, también es posible (y necesario) considerar los factores pragmáticos que intervienen en un texto escrito, como veremos en el capítulo 7. Como vemos, la cuestión de cómo definir un texto ha de tener en cuenta, de forma muy primordial, factores no lingüísticos, lo que ya apuntaba P. Hartmann en 1964 (cfr. definición 1) en 3.2.2), Aquí radica una de las diferencias entre el «nivel» o la «unidad» texto y la oración, como veremos más abajo. 3.2.4. –Resumen Resumiendo lo antes expuesto, podemos decir que en la definición de texto debemos tener en cuenta un conjunto múltiple de factores, entre los cuales consideramos fundamentales, los siguientes: 1) carácter comunicativo: actividad, 2) carácter pragmático: intención del hablante, situación, 3) carácter estructurado: existencia de reglas propias del nivel textual. Las demás características que pueden señalarse son también de gran importancia, pero pueden considerarse derivadas de las tres anteriores. Así, el "cierre semántico o comunicativo" es una consecuencia de la intención, comunicativa, que se vale de las reglas de estructuración interna del texto. No podemos ni queremos proponer una definición más o menos definitiva del texto, en vista de las dificultades que hemos señalado. Nos limitamos a presentar, más que una definición, un conjunto de características del texto que nos permitirá trabajar con este término: «Texto» es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad verbal humana, que posee siempre carácter social; está caracterizado por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial, debida a la intención (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro, y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la lengua. Esperamos que a lo largo de las páginas de este trabajo queden suficientemente clarificados los términos que en esta «definición» se utilizan, y que al final del mismo sea posible confirmar o no la misma.