El acento
ortográfico, también conocido como tilde, es un símbolo que, en
el idioma castellano, se coloca sobre las vocales. Se trata de una pequeña
línea oblicua, que baja de derecha a izquierda del que lee o escribe (á, é, í, ó, ú).
El acento ortográfico se coloca, en los casos que corresponde según ciertas
reglas, sobre la vocal de la sílaba tónica de
las palabras.
En
otros idiomas, el acento ortográfico se denomina acento agudo, para
diferenciarlo de otros acentos como el grave (à) o
el circunflejo (â).
Aunque en castellano este acento solo se utiliza para marcar algunas de las
vocales tónicas, en otras lenguas tiene la función de señalar otras
características fonológicas, como la apertura, la cantidad vocálica y el tono.
El acento ortográfico en el
español obedece a ciertas reglas ortográficas normativas que buscan evitar
ambigüedades y facilitar la lectura. Por ejemplo, permite distinguir entre “círculo” (un
sustantivo), “circulo” (el verbo “circular” en
presente) y “circuló” (el verbo “circular” en
pasado).
De acuerdo al lugar que
ocupa la sílaba tónica, puede hablarse de cuatro clases de palabras: las agudas u oxítonas (la
sílaba tónica se ubica en el último lugar), las graves, llanas o paroxítonas (la
sílaba tónica aparece en el penúltimo lugar), las esdrújulas (con
la sílaba tónica en el antepenúltimo lugar) y las sobreesdrújulas (la
sílaba tónica antes del antepenúltimo lugar).
Cada una de estas clases de
palabras tiene sus propias reglas respecto a los acentos ortográficos.
Las palabras agudas llevan
tilde si terminan en vocal, en N o en S (“ojalá”, “cinturón”, “burgués”).
Hay excepciones a esta regla, como las palabras monosílabas (menos las que
requieren de acento diacrítico) y las palabras agudas que terminan
en N o en S pero están precedidas por otra consonante (“robots”).
Las palabras graves llevan
tilde cuando no terminan en vocal, en N o en S (“árbol”, “lápiz”, “césped”).
Como excepción, hay que destacar que las graves que terminan en cualquier
consonante seguida de N o de S llevan tilde (“bíceps”, “cómics”).
Por último, las palabras
esdrújulas y sobreesdrújulas siempre llevan tilde (“árboles”, “teléfono”, “página”).
En el caso de los adverbios creados a partir de un adjetivo con el sufijo -mente,
se acentúan cuando el adjetivo lleve la tilde por sí solo (“difícilmente”).
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